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As Viagens com Açúcar também acontecem aos outros. Por isso, dou a palavra ao meu amigo José Luis Salguero, de Badajoz, que partilhou comigo esta história. Como direitos de autor, prometo conseguir-lhe os pacotes em falta na série referida.
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Como sé que te gustan las historias, te voy a contar una que quizás te resulte interesante sobre personas honestas y alguna no tanto.
Te he hablado alguna vez de mi amiga la que trabaja en Mérida, yo la llamo "la chica de la tele" porque trabaja en el canal de televisión extremeño.Pues bien, ella y su pareja se van acordando de mi y de sus colecciones cada vez que salen de viaje y me van guardando todo lo que encuentran.
Recientemente se escaparon un día a Caparica y visitando un mercadillo de antigüedades, le vieron a un vendedor unos pacotes de animales que les gustaron mucho. Al interesarse por ellos, el señor les dijo que eran muy bonitos y que era una serie muy antigua (por lo menos de los años 60). No pudieron resistir la tentación y los compraron para regalármelos.
El vendedor en cuestión es el señor no tan honesto de esta historia, pues la serie ni era tan antigua como decía ni la serie estaba completa; pues es una serie de Alcántara del zoo de Lisboa de especies amenazadas y había 7 pacotes en lugar de los 10 que componen la serie.
Pero bueno, este es el principio de la historia.
Siguieron disfrutando de la ciudad y pasando un día estupendo hasta que se pararon en un pequeño restaurante de la ciudad que se llama "Delícias da Praia" y entre charla y cerveza, sacaron los pacotes para mostrárselos a unos amigos que iban con ellos. Y así transcurrió el día alegremente hasta que llegaron de vuelta a Badajoz y ¡Oh! se dieron cuenta que se habían quedado olvidados los famosos pacotes encima de la mesa del restaurante. ¡Que desastre!, la ilusión con la que los habían conseguido se desmoronaba.
Pero "la chica de la tele", que es una chica con recursos ilimitados, se puso manos a la obra para intentar recuperarlos.
Llamó por teléfono al restaurante y le contó la odisea con la esperanza de que al recoger la mesa no los hubieran tirado o alguien no se los hubiera llevado.El señor del restaurante (esta es la persona honesta de la historia), muy amablemente le dijo que efectivamente los habían visto y los habían guardado; que no se preocupase que se los tendrían reservados para cuando pudieran volver a recogerlos.
Al poco tiempo fue a Caparica la hija de José Manuel (es la pareja de "la chica de la tele") y se trajo los tan preciados pacotes que ahora ocupan un lugar en mi álbum a la espera quizás, de poder completar la serie algún día.
Un ¡Olé! por el señor del restaurante "Delícias da Praia" y otro por "La chica de la tele".
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Como tú bien dices, las colecciones son algo más que objetos inanimados que se guardan en algún lugar. Cada pieza tiene su historia y sus recuerdos.
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